Los administradores de fincas afrontan los problemas económicos y prácticos de reabrir las piscinas

La limitación del aforo y el problema de control de accesos para cumplir con lo anterior; la limpieza y desinfección constante de los elementos del solarium, como tumbonas y duchas; la imposibilidad de vigilar que se cumplan los normas dictadas por Sanidad…son los problemas que más repiten los administradores de fincas colegiados tinerfeños que hablan de imposibilidad de reabrir las piscinas en las comunidades de propietarios en la actual fase 2 de la «desescalada».

A falta de una regulación precisa que se refiera en particular a las piscinas de las comunidades, que ha vuelto a solicitar al Ministerio de Sanidad el Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas de España, los profesionales tinerfeños se ven entre la presión de abrir las piscinas ‑porque el buen tiempo y las familias así lo demandan‑ y los problemas de tipo económico y de riesgo de contagios.

Cumplir exhaustivamente la norma estatal para las piscinas «recreativas» exige una serie de medidas que requieren a su vez de una gran inversión que la mayoría de comunidades de propietarios no pueden asumir.

«Para controlar el aforo necesitaríamos contratar a algún vigilante. Y para mantener las condiciones higiénico-sanitarias que está exigiendo Sanidad tendríamos que ampliar el contrato de limpieza y mantenimiento», señala un administrador de fincas que cree que, por este motivo, «casi con seguridad en nuestras comunidades no se abrirán».

Otro gran problema que ven los profesionales colegiados es el control del aforo. ¿Quién lo controla? ¿Ponemos a una persona solo para eso?. Y otra preocupación: los turnos y el tiempo de estancia. «Cómo les dices que se ha terminado su turno». «Pero si permites la estancia sin horario, serán unos pocos los que la usen; y, en caso contrario, tendrías que llevar un libro de orden de uso y esto exige contratar personal», cuestionan.

Un traje a medida de cada comunidad

La solución está siendo que cada comunidad adapte el uso de las piscinas a su realidad. Y apelar a la responsabilidad de los usuarios -propietarios e inquilinos-, «haciéndoles ver que evitar el contagio dependerá de ellos», expresa otro colegiado.

«Dadas las normas del BOE, deben abrirse bajo responsabilidad de cada uno. Que el aforo lo controlen los usuarios, las distancias y uso del vaso, y el tiempo de estancia. O esto, o no abrirla», zanja otro administrador de fincas consultado.

Como indica la presidenta del CAF tinerfeño, Carmen Suárez, «se tiene que hacer un traje a medida de cada comunidad», porque no es lo mismo una grande, que se puede permitir determinada inversión, y otra pequeña, que no; o las del sur de la isla y las de la capital.

En el primer día de apertura, los colegiados con comunidades que sí han puesto en funcionamiento estas instalaciones se muestran satisfechos, y señalan la baja afluencia y tranquilidad.

De la consulta llevada a cabo por el CAF entre sus colegiados, se desprende que solo abrirán la mitad de las piscinas de las comunidades que gestionan (51 %), tras adoptar determinadas medidas de delimitación de espacios, control de aforo, desinfección, turnos, etcétera.

Hay que matizar que esto es solo una instantánea de este primer momento. Las comunidades están en muchos casos recabando información y asesoramiento sobre qué decisión tomar.

Señalar, por último, que haciendo una extrapolación de los datos obtenidos, los administradores de fincas colegiados podrían estar gestionando unas 1.800 piscinas en esta provincia.



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