10 preguntas a la colegiada Elisa Beltrán Yanes por el Día Internacional de la Mujer

Elisa Beltrán Yanes posa por el Día Internacional de la Mujer

10 preguntas a la colegiada Elisa Beltrán Yanes por el Día Internacional de la Mujer

Con motivo del 8M, hemos querido conocer cómo era antes y ahora la profesión y la vida colegial para una administradora de fincas con 35 años de colegiación.

En el archivo fotográfico del Colegio durante algunos años solo aparecen fotografías en que los protagonistas son administradores de fincas. Hombres bien trajeados, al uso de la época, en reuniones, juntas y otros actos importantes merecedores de ser inmortalizados. Era allá por los años 60 y 70 del anterior siglo. Con el tiempo, estas fotografías ganaron en color y en incorporar a mujeres administradoras de fincas.

Actualmente, casi la tercera parte de los miembros del Colegio son mujeres, en concreto un 33,1 % (93 mujeres/188 hombres), con tendencia al alza con las nuevas incorporaciones de administradoras de fincas. Mejora la ratio en la Junta de Gobierno, toda vez que se ha procurado conformar equipos igualitarios. Mientras que en la legislatura anterior (11/03/2014-19/11/2020) tuvimos una mujer presidenta, Carmen Suárez.

En total, todo hay que decirlo: 6 presidentes y una presidenta en casi 56 años de historia de nuestro Colegio. Sin olvidar la relevante figura de quien fue secretaria y gestora del CAF tinerfeño durante casi 40 años, Mª del Carmen Rodríguez.

Hoy en día, la Junta que preside Luis García cuenta con 6 mujeres y 10 hombres, lo que indica un déficit, que podrá ser subsanado en la próxima convocatoria de renovación parcial de la Junta.

Con este escenario de fondo, y con motivo del Día Internacional de la Mujer, quisimos conocer cómo era antes y ahora la profesión y la vida en el Colegio para una mujer administradora de fincas con más de 30 años de colegiación, y testigo de la transformación y modernización de nuestra institución, aunque hay desigualdades que persisten en el campo laboral.

Con 35 años de colegiación, Elisa Beltrán Yanes es una de las colegiadas con mayor antigüedad en el CAF tinerfeño (Colegiada nº 365).

-¿Cómo empieza en la profesión  y cómo era ser mujer administradora de fincas hace treinta años, en una época en la que predominaban los hombres en la profesión? ¿Empezó siendo a la vez empresaria?

Empecé como empresaria persona física y más tarde como administradora de fincas, porque en mi despacho profesional, que abrí hace 37 años, tuve clientes que tenían la necesidad y me propusieron llevar sus comunidades. De hecho, las sigo conservando en la actualidad. La competencia con mis compañeros era durísima porque la vida personal y familiar no les influye, pero para una mujer siempre está presente.

-¿Qué tuvo que enfrentar en aquella época tanto en la parte laboral como con respecto a sus compañeros colegiados? ¿Cómo se sentía al ser de las pocas mujeres en el Colegio?

En la parte laboral, yo creo que todo se resume en que tuve que trabajar el doble que mis compañeros y dedicarme casi al 100 % a mi trabajo para mantenerme en el mercado. Con lo que significa de sacrificio de mi vida personal. También soportar actitudes paternalistas. Te subestiman y tienes que demostrar el doble que un compañero. En el Colegio siempre he tenido un trato correcto y me han tratado como un compañero más. Entiendo que ayuda que haya mujeres en puestos de responsabilidad del Colegio.

-¿Cuáles son los cambios más significativos que observa en la profesión a lo largo de los años?

Los cambios más significativos son muchísimos relativos a las nuevas tecnologías. En  la pandemia realicé juntas telemáticas. Ahora mismo entiendo que el despacho de todo administrador tiene que adaptarse a las nuevas tecnologías para seguir prestando el mejor servicio. Asimismo, la mentalidad de los clientes es más asertiva y hay más flexibilidad con las situaciones personales.

¿Cómo ha sido su evolución como profesional? ¿Ha encontrado obstáculos en sus relaciones laborales por ser mujer?

Mi evolución como profesional, ya con más experiencia, es adaptarme con más facilidad a las situaciones que se planteen diariamente. Con todos los años que llevo trabajando, he vivido muchas situaciones difíciles por ser mujer. Sí he encontrado obstáculos en mis relaciones laborales pero siempre he intentado superarlo; a veces con esfuerzo, ya que a veces es muy duro, pero te tienes que sobreponer y que no te afecte a nivel personal.

-¿Cómo ha sido compaginar su vida profesional, familiar y personal?

Ha sido la parte más perjudicada. Mi familia ha sufrido mi ausencia en muchísimas ocasiones y es muy difícil compaginar la vida personal y familiar cuando trabajas como autónoma. Hay que tener en cuenta que la mayoría de las juntas de propietarios son por la tardenoche y con niños pequeños esto es muy difícil. Ahora mismo hay instrumentos con los cuales se puede mejorar, como la vía telemática o limitando los horarios de reunión. No obstante cada profesional intenta hacerlo de la mejor manera posible. En la sociedad actual hay más comprensión y flexibilidad para adecuar la vida profesional a la personal.

«Sigo sintiendo que los hombres lo tienen mucho más fácil, que el nivel de exigencia para una mujer es mayor»

¿Cuál es su opinión sobre el papel de las mujeres en la profesión actualmente?

Cada vez hay más compañeras que se incorporan a la profesión, más solidaridad entre los colegiadas, hay compañeras también en la Junta de Gobierno. En el momento en que yo empecé no había mujeres en ningún cargo de responsabilidad. Ahora las mujeres que se incorporan al mercado laboral tienen otra mentalidad más flexible y la sociedad ha cambiado a mejor, apoyándonos para conciliar la vida personal y laboral.

-¿Ha notado un cambio en la percepción que tiene la sociedad, las empresas o los profesionales con respecto a las mujeres administradoras de fincas y empresarias?

Ha habido una evolución importante hacia la paridad ya que cada vez existe menos desigualdad. Y existe un trato más igualitario con los compañeros y clientes, que antes no existía o era muy difícil. Tenías que demostrar tu profesionalidad todos los días, aunque las mujeres tenemos que seguir haciéndolo. Todavía hoy sufrimos actitudes machistas, te intentan corregir. Sigo sintiendo que los hombres lo tienen mucho más fácil, que el nivel de exigencia para una mujer es mayor.

-¿Qué cree que se necesita para seguir avanzando hacia la igualdad de género en este sector?

Pues mayor flexibilidad con los horarios, poder conciliar la vida personal y profesional en mayor medida. Ya que en el mundo profesional y real la competencia no entiende de géneros ni de conciliaciones. Y más, cuando eres empresario autónomo. Las reuniones con los hombres no tienen horarios, no necesitan tener presente a su familia como la teníamos nosotras. Hablo de lo que yo viví como profesional en mis comienzos, era complicado.

-¿Qué recomendación haría a mujeres jóvenes, estudiantes universitarias, que puedan pensar en dedicarse a esta profesión? ¿Las animaría?

. Siempre es muy duro, pero tiene muchas satisfacciones a nivel personal. Muchos clientes, con el tiempo, son ya amigos y te respetan. Puedes crear equipos de trabajo que te apoyan. Hay un desarrollo profesional y personal muy importante y todos los días son un reto. Es un trabajo sacrificado, pero vale la pena. La profesión de administradora de fincas te devuelve el doble de satisfacción.

¿Ha  habido algún momento difícil en su carrera como administradora de fincas? ¿Y alguna anécdota que compartir?

Sí, ha habido momentos complicados, sobre todo en juntas de propietarios en que los comuneros pierden el control y deriva a situaciones con mucha dificultad. He tenido enfrentamientos importantes en los que, gracias a Dios, hemos sabido resolverlo de la mejor manera posible. Anécdotas tengo muchísimas, de las buenas y de las malas. Hubo una junta en que dio la casualidad que fuimos solo mujeres y nos lo pasamos muy bien, riéndonos y contando historias sobre lo que ocurría en la comunidad. Recuerdo a las integrantes de esta junta con muchísimo cariño. Y de las malas, ha habido de todo, pero mejor no recordarlo y así no desanimamos a nadie.

Elisa Beltrán Yanes y su hija Elisa Fornés

Al hacer la entrevista nombra a su hija Elisa Fornies Beltrán, también administradora de fincas colegiada desde hace diez años y titulada en Derecho. Trabaja en la misma empresa, Beltrán Yanes, y la invitamos a incorporarse a la conversación. Entonces surge un diálogo sobre aquel tiempo en que su madre no pudo acudir nunca a ninguna de sus actuaciones en el colegio. “Iba su padre”. O el importante papel de la abuela en esta familia.

Quizá por esto, al preguntarle a Elisa hija por su trabajo como administradora de fincas comenta que lo que  más le inquieta es la conciliación. Cómo va a poder compaginar el exigente trabajo y horarios del despacho con sus planes de ser madre. Mientras que en lo laboral, parece claro que lo suyo no son las juntas, y prefiere su papel en el despacho como especialista en Derecho hipotecario.

La conversación nos lleva también a hablar de cómo ha evolucionado la profesión, del tamaño medio de esta empresa, de trabajos que se hacían antes y ya no, el esfuerzo y sacrificio como empresaria que abarca no solo la administración de fincas, sino también asesoría y gestora administrativa, Y finaliza con la feliz noticia de que en este histórico, pero hoy moderno despacho en el  centro de Santa Cruz,  trabajan casi todo mujeres, frente a un solo hombre (al que nos presenta y valora por sus muchos años en la empresa).



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